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La organización de la asistencia hospitalaria: Revisión de circuitos hospitalarios y con centros extrahospitalarios

Durante esta pandemia hemos aprendido que el hospital es un lugar de alto riesgo de infección por SARS-CoV-2, y particularmente de brotes, porque reúne todos los elementos que favorecen la transmisión:

  • Concentración elevada de personas en espacios cerrados;
  • Elevada movilidad de profesionales que entran y salen a diario;
  • Ruptura continuada de las distancias de seguridad por la necesidad del cuidado a los pacientes.
  • Todos estos factores confluyen en un edificio/s, el hospital, que tiene la mayor concentración de personas con infección de la ciudad.

El impacto sobre la salud de los brotes nosocomiales de infección por SARS-CoV-2 es extraordinariamente negativo:

  • Graves consecuencias sobre la salud de los pacientes infectados, que tienen en general mayor riesgo de sufrir formas graves de la COVID-19, al ser de mayor edad y tener comorbilidades con más frecuencia.
  • Generan un problema asistencial añadido al causar enfermedad o condicionar el aislamiento o la cuarentena de numerosos profesionales, y al reducir las camas de hospitalización disponibles, con riesgo de paralizar la actividad No-COVID del hospital.

Es probable que a estos problemas se sumen en los próximos meses los derivados de las infecciones respiratorias del período otoño-invierno. De manera que habría que afrontar la coexistencia de infecciones por otros virus respiratorios, particularmente el virus de la gripe, junto a SARS-CoV-2, con la dificultad añadida de que las manifestaciones clínicas de ambos son indistinguibles, con la excepción de la anosmia, y que las medidas de protección y de tratamiento son diferentes.

De producirse esta circunstancia, aumentará la frecuentación del hospital y el riesgo de desbordar las habitualmente escasas reservas de camas durante este período del año.

Por estas razones son necesarias nuevas medidas de calidad asistencial, seguridad laboral y gestión del hospital, unas aprendidas durante la primera ola y otras para responder a esta amenaza real de epidemias coexistentes: la COVID-19 y las infecciones causadas por otros virus respiratorios, particularmente la gripe.

Las medidas recomendadas en este documento tienen dos objetivos principales:

a) Proteger al hospital frente al SARS-CoV-2 y frente a los virus respiratorios del período otoño-invierno, en especial frente al virus de la gripe. De tener éxito servirá para:

  • Proteger a los pacientes, a sus acompañantes y a los profesionales;
  • Contribuir al control de la pandemia al evitar los brotes nosocomiales que contribuyen a difundir la infección a la comunidad.

b) Mantener la capacidad asistencial del hospital, que permita seguir realizando la actividad médico-quirúrgica habitual y evite el colapso asistencial del resto de patologías no-COVID-19.

La consecución de ambos objetivos no es tarea fácil. Las recomendaciones recogidas en este documento son principalmente fruto de la experiencia en los respectivos centros y basadas a su vez en las escasas evidencias publicadas.

En cada una de las áreas asistenciales, urgencias, hospitalización, UCI y otras áreas de atención a pacientes críticos, consultas externas, pruebas diagnósticas y cirugía se crearán dos circuitos, uno de pacientes con infección o sospecha de infección por SARS-CoV-2 o con infección confirmada (Área COVID); y otro sin sospecha de infección (Área no-COVID). Así mismo se sugieren 2 circuitos en los servicios de urgencias para optimizar el flujo de pacientes, cuando aún no se hubiera identificado el patógeno causal: circuito o área respiratoria y circuito o área no-respiratoria.

En aquellos centros en los que la estructura lo permita, otra opción organizativa es crear un tercer circuito para pacientes con infección respiratoria no-COVID, particularmente durante el período en el que el número de pacientes con este síndrome sea más elevado.

Para alcanzar los objetivos propuestos es necesario definir el equipo coordinador adecuado y el plan del hospital con los objetivos definidos, los indicadores para medirlos y las medidas concretas para alcanzarlos.

Equipo coordinador:

  • Liderazgo profesional
    • Responsables de Medicina Preventiva, Prevención de Riesgos Laborales, Microbiología, Urgencias, Cuidados Intensivos, Servicios Centrales Medicina Interna, Geriatría, Neumología, otras especialidades médicas y Enfermedades Infecciosas.
    • Otros condicional según características de cada centro
  • Apoyo institucional
    • Titulares de la Dirección Gerencia, Dirección Médica y Dirección de Enfermería
    • Otros según características de cada centro

Plan del hospital

  • Objetivos
  • Indicadores
  • Seguimiento
  • Documento central del plan:
    • Participativo
    • Difusión eficaz
    • Actualización permanente
    • Indicadores claves
      • Indicadores de riesgo de colapso del hospital

Urgencias

Es altamente recomendable crear en urgencias áreas específicas de atención a los pacientes con sospecha de infección respiratoria y separarlas físicamente de las zonas destinadas a la atención del resto de pacientes.

Los pacientes con ausencia de síntomas respiratorios pero que presenten clínica compatible con COVID-19 o factores epidemiológicos sugestivos de infección por SARS-Cov-2 (disgeusia, anosmia, contacto estrecho con un caso diagnosticado) deberán ser atendidos en dichas áreas. Del mismo modo, una vez confirmado el diagnóstico etiológico, deberán ser ingresados con las medidas de aislamiento específicas según el patógeno. Ver más adelante el circuito de Urgencias.

Todos los pacientes atendidos en urgencias deberán llevar una mascarilla (si no lo tuvieran les será proporcionada por el personal del centro), que deberá llevar durante la estancia en hospitalaria, siempre que esté a menos de un metro de distancia otro paciente o del personal sanitario, así como en los traslados dentro del hospital. Se podrá retirar la mascarilla quirúrgica cuando esté solo en un box o en una habitación compartida con otro paciente con el mismo patógeno identificado.

Hay que evitar la presencia de acompañantes en las áreas de atención urgente a pacientes del circuito respiratorio. En caso de ser necesario para el bienestar físico o emocional del paciente se autorizará como máximo 1 persona.

Siempre que sea posible se ubicará al paciente en un box cerrado (muy importante durante los tratamientos con nebulizador). Se debe evitar el uso de nebulizadores en espacios abiertos como pasillos o salas compartidas. En estos espacios compartidos se priorizará el tratamiento con cartucho y cámara antes que la administración de broncodilatadores nebulizados.

Se aplicarán precauciones de contacto y gotas a todos los pacientes ubicados en las “áreas espiratorias” en espera del diagnóstico etiológico. Los profesionales usarán equipos de protección individual (EPI) adecuados tal y como queda recogido el en último apartado del presente documento.

En el circuito respiratorio de urgencias se hará idealmente un diagnóstico etiológico rápido (tabla 1). Una vez establecido el diagnóstico etiológico se priorizará el ingreso en las salas de hospitalización, ubicando a los pacientes según el patógeno identificado en las áreas destinadas a tal efecto, con las medidas de aislamiento específicas.

Área de hospitalización No-COVID

Se debe limitar la entrada y salida de personas en el hospital y como norma general el centro organizará las entradas para evitar las visitas sociales a los pacientes hospitalizados, y permitir solo la visita a un único familiar. Se debe indicar a los familiares cuidadores que solo visiten la habitación del paciente. No deben ir a otros lugares del hospital. Y roten lo menos posible.

  • Es altamente recomendable fomentar el uso de mecanismos alternativos para las interacciones entre pacientes y familiares cuidadores, como aplicaciones de video llamadas.
  • Los familiares cuidadores no deben estar presentes durante los procedimientos generadores de aerosoles.

Todos los pacientes y visitantes deben, usar mascarilla quirúrgica durante toda su estancia hospitalaria. Documentos SEIMC COVID-19 La organización de la asistencia hospitalaria: Revisión de circuitos hospitalarios y con centros extrahospitalarios V 1.0. 14/10/2020 | Pag 5 Los pacientes pueden retirarse la mascarilla quirúrgica cuando estén solos en la habitación, pero deben volver a ponérsela cuando estén cerca de otras personas (por ejemplo, cuando las visitas entren en su habitación o cuando los profesionales sanitarios les estén atendiendo) o cuando salgan de su habitación.

Esta medida no es aplicable para:

  • Niños menores de 2 años
  • Personas con dificultad para respirar o en personas inconscientes, incapacitadas o que no puedan quitarse la mascarilla sin ayuda.

Área de hospitalización COVID

Los pacientes con sospecha o confirmación de infección por SARS-CoV-2 deben mantenerse en condiciones de aislamiento de gotas y contacto preferiblemente en áreas específicas no compartidas con otros pacientes.

Estas áreas deberán quedar claramente identificadas para advertir a todos los profesionales implicados en la asistencia sanitaria la necesidad de uso de los EPI.

Los pacientes con COVID-19 no deben recibir visitas de familiares ni cuidadores. Esta recomendación debe tener en cuenta el bienestar físico y emocional del paciente. Si tras esta evaluación el médico responsable autoriza la visita, éstas deben programarse y controlarse para permitir:

  • Evaluar el riesgo para la salud del visitante (por ejemplo, el visitante puede tener una enfermedad subyacente que lo pone en mayor riesgo de COVID-19) y la capacidad de cumplir con las precauciones.
  • Proporcionar instrucciones a los visitantes sobre la higiene de las manos, el uso de los EPI de acuerdo con la política vigente en el centro.

Es altamente recomendable fomentar el uso de mecanismos alternativos para las interacciones entre pacientes y visitantes, como aplicaciones de video llamadas.

Los pacientes diagnosticados de la COVID-19 deberían permanecer en la misma habitación durante toda su estancia hospitalaria, evitando los cambios de habitación siempre que sea posible.

Asimismo, se debería evitar el desplazamiento para exploraciones complementarias que no sean imprescindibles.

Conviene evaluar la disponibilidad de aparatos móviles de rayos para realizar los controles en la propia habitación.

Duración del aislamiento en área COVID

Con los datos disponibles los CDC recomiendan una política de levantamiento de las precauciones de contacto y gotas basadas en duración de síntomas sin ser necesaria la realización de pruebas de PCR. Se recomienda que la duración de las precauciones de contacto y gotas sea:

  • Casos sintomáticos leves-moderados: fin de las precauciones de contacto y gotas a los 10 días si se cumplen 72 horas de ausencia de síntomas. No se requiere prolongar aislamiento domiciliario una vez superado este periodo en caso de que el paciente sea alta del hospital. Documentos SEIMC COVID-19 La organización de la asistencia hospitalaria: Revisión de circuitos hospitalarios y con centros extrahospitalarios V 1.0. 14/10/2020 | Pag 6
  • Casos sintomáticos graves (pacientes UCI) y pacientes inmunodeprimidos se debe individualizar la duración del aislamiento, no siendo inferior a los 20 días si se cumplen 72 horas de ausencia de síntomas. Considerar prolongar la duración en estos pacientes, especialmente si la PCR persiste positiva.
  • En los casos detectados en un cribado asintomáticos puede ser de utilidad realizar una serología. Si se determina la presencia de IgG el riesgo de transmisión de SARS-CoV-2 es muy bajo y el paciente no requiere aislamiento de contacto.
Circuitos para el manejo del paciente en Urgencias (figura 1)
1 Si la prueba inicial de SARS-CoV-2 es negativa, es recomendable descartar diagnóstico de gripe en población que se beneficiaría de tratamiento con oseltamivir. En población infantil y geriátrica es importante determinar VRS.
2 En pacientes sintomáticos con alta probabilidad pre-prueba de SARS-CoV-2 y un primer resultado negativo habría que realizar una segunda prueba a las 48h.
Circuitos al ingreso programado en el hospital (figura 2)
1 Ver Anexo 1 de la Encuesta clínico-epidemiológica (CE).
2 Ver Anexo 2 para la definición de caso sospechoso según la encuesta CE.
3 En pacientes asintomáticos realizar IgG frente a SARS-CoV-2: si IgG positiva, se considera infección curada.
4 En pacientes sintomáticos con alta probabilidad pre-prueba de SARS-CoV-2 y un primer resultado negativo habría que realizar una segunda prueba a las 48h.
Reevaluación diaria de los pacientes hospitalizados en área No-COVID (figura 3)
1 Ver Anexo 1 de la Encuesta clínico-epidemiológica (CE).
2 Ver Anexo 2 para la definición de caso sospechoso según la encuesta CE.
3 En pacientes asintomáticos realizar IgG frente a SARS-CoV-2; si IgG positiva, infección curada.
4 En pacientes sintomáticos con alta probabilidad pre-prueba de SARS-CoV-2 y un primer resultado negativo habría que realizar una segunda prueba a las 48h.
Circuitos para el paciente de hospitales de día oncohematológicos y de hemodiálisis (figura 4)
1 Ver Anexo 1 de la Encuesta clínico-epidemiológica (CE).
2 Ver Anexo 2 para la definición de caso sospechoso según la encuesta CE.
3 En pacientes asintomáticos realizar IgG frente a SARS-CoV-2; si IgG positiva, infección curada.
4 En pacientes sintomáticos con alta probabilidad pre-prueba de SARS-CoV-2 y un primer resultado negativo habría que realizar una segunda prueba a las 48h.

Todos los profesionales, tanto los que trabajan en zonas de atención a pacientes convencionales como los que trabajan en zonas de atención a pacientes con infección presunta o confirmada por SARS-CoV-2 deben cumplir con las precauciones estándar y usar los EPI en función del riesgo del procedimiento y del paciente (ver tabla 2 y 3 al final de documento).

Dado que la epidemiología es cambiante y es difícil excluir de forma absoluta el riesgo de pacientes infectados asintomáticos se priorizan el cribado mediante PCR para los pacientes con necesidad de ingreso hospitalario. Esta recomendación se puede adaptar a la situación epidemiológica local.

En la Tabla 4 se recoge la interpretación de los resultados de PCR positiva en asintomáticos.

Circuitos en consultas externas convencionales (figura 5)
1 Ver Anexo 1 de la Encuesta clínico-epidemiológica (CE).
2 Ver Anexo 2 para la definición de caso sospechoso según la encuesta CE.
3 En pacientes asintomáticos realizar IgG frente a SARS-CoV-2; si IgG positiva, infección curada.
4 En pacientes sintomáticos con alta probabilidad pre-prueba de SARS-CoV-2 y un primer resultado negativo habría que realizar una segunda prueba a las 48h.
Circuitos Radiología estudios ambulatorios (figura 6)
1 Ver Anexo 1 de la Encuesta clínico-epidemiológica (CE).
2 Ver Anexo 2 para la definición de caso sospechoso según la encuesta CE.
3 En pacientes asintomáticos realizar IgG frente a SARS-CoV-2; si IgG positiva, infección curada.
4 En pacientes sintomáticos con alta probabilidad pre-prueba de SARSCoV-2 y un primer resultado negativo habría que realizar una segunda prueba a las 48h.
Circuitos para el paciente quirúrgico (figura 7)
1 Ver Anexo 1 de la Encuesta clínico-epidemiológica (CE).
2 Ver Anexo 2 para la definición de caso sospechoso según la encuesta CE.
Circuitos para el paciente con broncoscopias y endoscopias (figura 8)
1 Ver Anexo 1 de la Encuesta clínico-epidemiológica (CE).
2 Ver Anexo 2 para la definición de caso sospechoso según la encuesta CE.
3 En pacientes asintomáticos realizar IgG frente a SARS-CoV-2; si IgG positiva, infección curada.
4 En pacientes sintomáticos con alta probabilidad pre-prueba de SARS-CoV-2 y un primer resultado negativo habría que realizar una segunda prueba a las 48h.
La coordinación con atención primaria es crítica. La COVID-19 es una infección adquirida predominantemente en la comunidad. La relación del hospital con atención primaria tiene los siguientes puntos de conexión:
  • Protocolos clínicos comunes para el manejo de los pacientes, en los que se recojan específicamente:
    • Criterios para la derivación al hospital para la valoración urgente.
    • Criterios para el seguimiento ambulatorio tras el alta de urgencias/hospitalización.
  • Procedimiento de diagnóstico microbiológico que debe incluir:
    • Procedimiento para la toma de muestras ambulatoria.
    • Para la remisión de las mismas al Servicio de Microbiología.
    • Para la transmisión de los resultados.
  • Coordinación para regular el flujo de pacientes.
    • Criterios de derivación al hospital por gravedad.
    • Seguimiento de los pacientes al alta.
    • Unidades funcionales multidisciplinares en el ámbito hospitalario para dar atención a secuelas crónicas de la infección.
  • Comunicación permanente.
    • Informe diario (número de pacientes ingresados en planta de hospitalización y en UCI; número de ingresos en las últimas 24 horas en planta de hospitalización y en UCI ; número de altas; número de fallecidos, número de casos activos, casos seguidos en telecovid y por atención primaria, nº total de PCR realizadas, porcentaje de PCR positivas, nº total de test de Ag realizados; porcentaje de test de Ag positivos, porcentaje de PCR positivas en pacientes con Ag negativo).
    • Coordinación del seguimiento en los centros con servicio de Tele-COVID.
    • Teléfono directo para consultas a Enfermedades Infecciosas.
La coordinación con los CCSS de los que el hospital es referencia es clave. En este sentido es necesario:
  • Establecer una conexión directa que permita conocer la existencia de brotes en tiempo real.
  • Ofrecer consejo científico técnico en colaboración con los dispositivos de atención primaria sobre aspectos relacionados con la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.
  • Disponer de criterios comunes para el traslado de residentes desde los CCSS al hospital y viceversa.
Definición de reinfecciones por SARS-CoV-2 Una reinfección por SARS-CoV-2 puede definirse, en una persona con síntomas o no, como la infección confirmada por PCR en dos muestras que empleen reactivos diferentes tras haber trascurrido un periodo de tiempo (actualmente fijado en 3 meses, aunque s ehan descrito casos con menos de ese periodo) sin clínica y con PCRs negativas. Las reinfecciones pueden producirse por virus de diferentes o del mismo clado (consultar el apartado de tiempo de positividad de la RT-PCR del módulo 2).

La aparición y diseminación rápida a nivel mundial del virus SARS-CoV-2 ha supuesto en enorme desafío para los Servicios de Microbiología, que han tenido que adaptarse a gran velocidad a la enorme demanda de pruebas para diagnóstico de COVID-19. A continuación se formulan una serie de recomendaciones que persiguen optimizar la gestión de las muestras.

Clasificación de las muestras en función de su contexto desde la petición electrónica

Las razones que justifican las pruebas de RT-PCR son múltiples y variadas como se recoge en este documento, pero la necesidad de una respuesta rápida en el resultado de la prueba es muy diferente en cada situación.

En ese sentido es muy importante clasificar las muestras derivadas al Servicio de Microbiología en función de la justificación de la RT-PCR para poder priorizar su realización. La mejor manera de llevar a cabo esa estratificación de la prioridad es indicar en la petición electrónica el motivo de la petición entre una serie de opciones previamente pactadas dentro de la organización sanitaria, y establecer un tiempo de respuesta orientativo para cada una de estas indicaciones, de esta manera las expectativas de los peticionarios estén más ajustadas a la realidad.

Esta comunicación clínica para el microbiólogo va a ser esencial en la próxima temporada de la gripe, y va a ser necesario diferenciar los pacientes de Urgencias con síntomas respiratorios que ingresan o no, así como los que ingresan, pero no tienen síntomas respiratorios o compatibles con COVID-19.

Reorganización de las áreas de recepción de muestras

En las áreas de recepción de muestras puede ser recomendable establecer áreas de recepción diferenciadas en función de las características y espacio disponible en los laboratorios. En este sentido, es de gran ayuda la clasificación previa de las muestras en función de las indicaciones que se ha comentado previamente.

La existencia de áreas asistenciales diferenciadas para COVID y no-COVID, ayuda a esa clasificación previa de las muestras que podría facilitarse con cubículos específicos en el área de recepción del laboratorio.

Creación de circuitos funcionales intra-laboratorio

Una vez clasificadas las muestras, el Servicio de Microbiología puede establecer circuitos funcionales intra-laboratorio según el equipamiento y los reactivos disponibles en cada momento.

A grandes rasgos, y según las técnicas disponibles en la actualidad, se pueden establecer 3 grupos o niveles de rapidez, en los cuales pueden incluirse cada una de las indicaciones de la RT-PCR (Tabla 1). Complementar con la información recogida en la Tabla 3 del Módulo II de diagnóstico SARS-Cov-2 del documentos SEIMC.

Tabla 1

Niveles de rapidez de respuesta del diagnóstico microbiológico de la infección por SARS-CoV-2.

Seleccione por nivel

El diagnóstico de infecciones causadas por SARS-CoV-2 se realiza para:

a) Clínica

  • Confirmar o descartar una sospecha clínica.
  • Obtener información pronóstica.
  • Seleccionar tratamientos específicos en pacientes sintomáticos.

b) Epidemiológica

  • Control de la transmisión.
  • Identificar precozmente brotes, especialmente aquellos en entornos en los que puede haber grandes cadenas de transmisión.
  • Prevenir brotes en ámbitos estratégicos: hospitales, residencias, colegios, centros penitenciarios.
  • Detectar cambios de tendencias epidemiológicas y/o reintroducción del virus.

Para optimizar la gestión del trabajo de los Servicios de Microbiología es fundamental disponer de un sistema de priorización de las muestras. Esta priorización debe definirse en la fase preanalítica, idealmente en el momento de la solicitud, siendo de gran ayuda para ello los sistemas de petición electrónica. En la Tabla 1 se propone un sistema de priorización (de mayor a menor) del diagnóstico microbiológico de la infección por SARS-CoV-2.

Tabla 1

Priorización del diagnóstico (de mayor a menor) en función del contexto. Anticipación del volumen de muestras esperables y tiempos recomendables de respuesta desde la toma de muestras.

Seleccione el orden de prioridad
† Población vulnerable: Enfermedad pulmonar crónica (incluido asma), cardiovascular, renal, hepática, hematológica, trastornos metabólicos, o neurológicos, mujer embarazada, pacientes institucionalizados, inmunodeprimidos o ancianos.
* Ver tabla 3 del modulo II

INTRODUCCIÓN

La infección por SARS-CoV-2 constituye un grave problema de salud pública en el mundo. Es imprescindible una adecuada vigilancia virológica y epidemiológica del SARS-CoV-2 que permita detectar y caracterizar precozmente los virus circulantes y evaluar su capacidad de transmisión en la población. Esto, junto con la rapidez en el intercambio de información a nivel nacional e internacional, constituyen los ejes básicos de un sistema de vigilancia.

Actualmente, el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta de la gripe (Global Influenza Surveillance and Response System, GISRS) es parte esencial del Programa de Vigilancia de Gripe de la OMS a escala mundial. Desde que la OMS consideró la epidemia del COVID-19 como una pandemia, siendo GISRS y ECDC (Centro Europeo para el control de las Enfermedades) las principales plataformas en la vigilancia de la pandemia de COVID-19. 1,2

La OMS ha manifestado la importancia de la integración de la vigilancia epidemiológica y virológica de COVID-19 en los sistemas de vigilancia nacionales para la gripe ya existentes 3. El Sistema de Vigilancia de la Gripe en España (SVGE) se encarga de la vigilancia de la gripe tanto a nivel nacional como autonómico dentro de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica 4.

Las responsabilidades dentro SVGE se reparten entre el Grupo de Trabajo de Vigilancia de la Gripe en España, el Centro Nacional de Epidemiología (CNE), Centro Nacional de Microbiología (CNM), los centros coordinadores de la vigilancia centinela de gripe de cada red autonómica, los profesionales sanitarios centinela y los laboratorios pertenecientes a la Red de Laboratorios Españoles de Gripe (ReLEG). El SVGE se sirve de diversos sistemas y fuentes de información que comprenden el sistema centinela de vigilancia de la gripe, el sistema de enfermedades de declaración obligatoria, la vigilancia de casos graves hospitalizados, la notificación de brotes y la mortalidad asociada. Por lo tanto, el SVGE está constituido por una sólida infraestructura de redes y laboratorios, y presenta gran flexibilidad y capacidad de adaptación como ha demostrado anteriormente con la pandemia por el virus A(H1N1) pdm09 para abordar la actual pandemia de COVID-19.

Por otra parte, en este escenario de pandemia, a nivel hospitalario debe también monitorizarse la incidencia de infección respiratoria de una manera específica a través del funcionamiento de un equipo multidisciplinar que se responsabilice de coordinar las actividades derivadas de la incidencia de casos.

OBJETIVOS

El objetivo general de la vigilancia de SARS-CoV-2 es conocer los aspectos epidemiológicos y virológicos de su actividad, para proporcionar información relevante a las autoridades sanitarias, los profesionales de salud pública y de la atención sanitaria, de forma que contribuya a reducir la carga de enfermedad asociada y sirva de guía en la prevención y control de la misma.

Los objetivos específicos de esta vigilancia a nivel comunitario son los siguientes:

  • Detectar de forma rápida y gestionar los casos de COVID-19.
  • Identificar los contactos y realizar seguimiento de su cuarentena Documentos SEIMC COVID-19 Estrategia diagnóstica de SARS-CoV-2 y otras infecciones respiratorias durante la pandemia COVID-19. V 1.0. 14/10/2020 | Pag 6
  • Monitorizar la extensión geográfica, la intensidad de la trasmisión, y la gravedad de COVID-19 en la población con el propósito de estimar la carga de la enfermedad, evaluar las tendencias de la enfermedad a lo largo del tiempo, e informar de las medidas necesarias de mitigación.
  • Identificar los factores de riesgo para la enfermedad y la trasmisión (grupos de edad, distribución de sexo, comorbilidades asociadas) para conocer qué grupos de población requieren más esfuerzos.
  • Evaluar el impacto de la pandemia en el sistema de salud y en la sociedad.
  • Guiar a las autoridades sanitarias locales y nacionales en la formulación e implementación de las medidas orientadas a la prevención y el control.
  • Determinar la aparición de brotes tanto nosocomiales y residencias como comunitarios.
  • Detectar y caracterizar los virus circulantes para conocer la evolución genética del virus, el diagnóstico de las reinfecciones lo cual puede tener implicaciones en la trasmisión, virulencia, desarrollo de medidas terapéuticas y preventivas.
  • Conocer el impacto de la co-circulación de SARS-CoV-2, con otros virus epidémicos como virus de la gripe, otros virus respiratorios así como otros patógenos bacterianos.

Los objetivos específicos a nivel hospitalario son:

  • Garantizar la provisión de recursos humanos y materiales necesarios para atender a los pacientes que requieren ingreso.
  • Organizar los circuitos asistenciales y las actividades de prevención y la búsqueda activa de casos nosocomiales y el manejo de brotes.
  • Vigilar la posibilidad de posibles reinfecciones.

ACCIONES

Las acciones clave para llevar a cabo la vigilancia integral de COVID-19 incluyen:

  • Utilizar, adaptar y fortalecer los sistemas de vigilancia existentes y valorar su ampliación cuando sean necesarios.
  • Reforzar los equipos de la Atención Primaria garantizando la capacidad diagnóstica y de manejo de casos desde este nivel. Desde las Comunidades Autónomas (CCAA) se debe garantizar este diagnóstico y reforzar los centros de salud para el manejo y seguimiento de los casos.
  • Reforzar los equipos de control de infección para la monitorización de la infección respiratoria y el manejo de la sectorización de los casos ingresados y de los potenciales brotes nosocomiales.
  • Adaptar los sistemas de información sanitaria y de vigilancia epidemiológica que permitan a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) disponer de la información necesaria, con un nivel de desagregación y detalle adecuado, para garantizar una capacidad de reacción rápida que lleve a la adopción de las medidas oportunas de control. Así, cada componente de la RENAVE, a nivel de CCAA y a nivel nacional (tanto el Ministerio de Sanidad como el Centro Nacional de Epidemiología) debe disponer de los recursos humanos, especialmente en las unidades de vigilancia epidemiológica, y de los desarrollos tecnológicos e informáticos necesarios para la obtención y análisis continuo de los casos y para la gestión adecuada de los contactos.
  • El seguimiento del nivel de transmisión de la epidemia debe hacerse compaginando la información obtenida de distintos niveles, incluyendo centros sanitarios y socio-sanitarios tanto públicos como privados, laboratorios y servicios de Medicina Preventiva y Prevención de Riesgos Laborales. Por ello, los Servicios de Salud de las CCAA y los servicios asistenciales tanto de la sanidad pública como de las entidades privadas adecuarán sus sistemas informáticos para posibilitar la obtención de la información mínima exigida en el tiempo y forma indicados en las correspondientes aplicaciones informáticas establecidas 5.
  • Disponer de un sistema de vigilancia microbiológica sindrómica en: a) pacientes con enfermedades similares a la gripe (ESG) y b) en pacientes con infecciones respiratorias agudas graves (IRAG).
  • En pacientes con infecciones respiratorias agudas y graves (que requieren ingreso en UCI) se debe realizar estudio de SARS-CoV-2, gripe, VRS y panel de otros virus respiratorios. En caso de negatividad del estudio microbiológico se consideraría otros abordajes diagnósticos, especialmente ante acúmulos de casos.
1. WHO.int. Laboratory testing for coronavirus disease 2019 (COVID-19) in suspected human cases: interim guidance. World Health Organization; 2020. Available from [LINK] (cited 25 March 2020).
2. Are coinfections with COVID-19 and influenza low or underreported? An observational study examining current published literature including three new unpublished cases. Antony SJ, Almaghlouth NK, Heydemann EL. J Med Virol. 2020 Jun 12.
3. Bacterial co-infection and secondary infection in patients with COVID-19: a living rapid review and meta-analysis. Langford BJ, So M, Raybardhan S, et al. Clin Microbiol Infect. 2020 Jul 22: S1198-743X(20)30423-7.
4. Clinical Practice Guidelines by the Infectious Diseases Society of America: 2018 Update on Diagnosis, Treatment, Chemoprophylaxis, and Institutional Outbreak Management of Seasonal Influenza . Timothy M Uyeki, Henry H Bernstein et al. Clinical Infectious Diseases, Volume 68, Issue 6, 15 March 2019,
5. Diagnostic strategies for SARS-CoV-2 infection and interpretation of microbiological results. G. Caruana, A. Croxatto, A.T. Coste. Clin Microb Inf 26 (2020) 1178e1182
6. Global Influenza Program [LINK]
7. Centers for Disease Control and Prevention. CDC Tests for COVID-19 [LINK]
8. World Health Organization. Operational considerations for COVID-19 surveillance using GISRS [LINK]
9. Sistema de vigilancia de la gripe en España [LINK
10. Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de COVID-19 [LINK]

Autores

Esther Calbo

Unidad de Enfermedades Infecciosas. Hospital Universitari Mútua Terrassa

Jorge Calvo

Servicio de Microbiología. Hospital Valdecilla. Santander

Raúl Ortiz de Lejarazu

Centro Nacional de Influenza. Valladolid

José Miguel Cisneros

Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas. Hospital Virgen del Rocío. Sevilla

Editores

Juan Carlos Galán Montemayor

Servicio de Microbiología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

Jose Ramón Paño

Servicio de Enfermedades Infecciosas. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza

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